Si el Nombre Conecta con el Propósito, el Impacto es Transformador.
La Importancia del Nombre
“El mal uso del lenguaje induce el mal en el alma.”
- Socrates -
Ya en la antigua Grecia, Sócrates, planteaba en sus pensamientos el poder que tienen las palabras. Estas tienen la capacidad de generar ideas visuales, ya sea por las formas de expresión o por su significado. Se pueden usar para el bien, pero también algunos las usan para el mal.
Cuando viví en México, me resultaba chistosa una expresión que usan cuando, por ejemplo, le piden algo a alguien pero no recuerdan el nombre. Suelen decir: “Pásame la desa que está en el dese.” Había que tener mucha imaginación para saber qué te estaban pidiendo, o simplemente haber nacido en México. Jaja.😂
¿Qué tan importante es el nombre de alguien o de algo? ¿Puede la sociedad verse afectada positivamente al entender la importancia de asignar un nombre? Al fin y al cabo todo tiene un nombre. Sin un nombre, ¿cómo esa “cosa” se daría a conocer?.
El Nombre y su Impacto en las Personas y las Marcas
Siempre he planteado que las marcas son como “personas”, y lo menciono porque son una o más personas las que las marcas buscan impactar, consciente o inconscientemente. Desean formar parte de la vida de alguien, y si esa relación perdura, será aún mejor tanto para la marca como para la persona, ya que puede estar cubriendo una necesidad o incluso creando una necesidad que le haga sentir bien.
Asi que si bien construimos marcas que impactan a “personas”, quiero plantear la gran responsabilidad que tienen los padres al asignar un nombre a sus hijos. Al fin y al cabo la construcción de un “nombre de marca” es, en muchos aspectos, bastante similar.
Establecer un nombre es un proceso maravilloso
La construcción de un nombre es un proceso maravilloso, especialmente si se entiende la importancia de lo que representa. Es una profesión que personalmente me apasiona, y admiro a los profesionales que se dedican a esto. Aunque en algunas ocasiones el “nombre” surge de manera casi mágica, no siempre es así. La creación de un nombre requiere trabajo y dedicación. Las marcas continúan invirtiendo en la construcción del valor de su nombre, pues comprenden el impacto significativo que tiene en la sociedad.
”Las marcas continúan invirtiendo en la construcción del valor de su nombre, pues comprenden el impacto significativo que tiene en la sociedad.”
- Jorge Esteban - Founder of WORDIMAGE -
Reflexión sobre los Nombres en la Cultura Hebrea
Como muchos saben, uno de mis libros favoritos para meditar todos los días es la Biblia, y quiero compartir contigo la relevancia de los nombres y su construcción. Hay muchas técnicas y herramientas que los creadores de nombres empleamos, pero esta que quiero compartir, como ejemplo, me parece especialmente significativa y práctica, ya que puede ser útil a nivel social, y si eres papá o mamá, aún más.
“El nombre era como un camino, una visión que representaba lo que ese bebé iba a ser.”
- Jorge Esteban - Founder of WORDIMAGE -
En la cultura hebrea, en tiempos bíblicos, los nombres de los hijos eran muy importantes. No se trataba solo de poner un nombre, sino de asegurar el destino, no solo del hijo, sino también del legado familiar y de la nación. El nombre era como un camino, una visión que representaba lo que ese bebé iba a ser.
Asi que los padres tenían la responsabilidad de educarlo desde temprana edad, pues aproximadamente a los 12 años ese niño o niña comenzaría a manifestar su esencia, su propósito y su valor para la sociedad.
El nombre, por sí solo, no garantizaba nada; era el cuidado y la educación recibida desde antes de nacer lo que realmente marcaba la diferencia. Los padres estaban moralmente obligados a formar el futuro e impacto social que iban a ejercer sus hijos, y el nombre era parte esencial de eso.
Esto lo vemos en la vida de Jesús, pues aunque las Escrituras hablan de Él como el hijo de Dios, en la tierra, sus padres, José y María, quienes fueron advertidos sobre quién era, debían cuidarlo y educarlo conforme a su propósito.
“El nombre, por sí solo, no garantizaba nada; era el cuidado y la educación recibida desde antes de nacer lo que realmente marcaba la diferencia.”
- Jorge Esteban - Founder of WORDIMAGE -
El Propósito del Nombre en la Vida de Jesús
José y María hicieron un trabajo extraordinario criando a Jesús como tutores y padres. El significado y propósito de su vida no era menos que “Dios con nosotros”. La educación y el tiempo invertido por sus padres se ve reflejada, por ejemplo, cuando cada año llevaban a Jesús a Jerusalén para celebrar la fiesta de la Pascua. La visión de su nombre estaba ligada a este evento, pues Él era el Cordero puro y sin mancha, quien años más tarde se manifestaría como tal.
El niño (Jesus o Emmanuel), con una capacidad impresionante para aprender de los maestros y compartir su sabiduría, representaba lo que su nombre indicaba: “Dios con nosotros para liberar al pueblo de la esclavitud”. Los resultados de su nombre eran claros, ya que la gente se maravillaba del entendimiento que mostraba de las cosas de Dios y cómo respondía a las preguntas de los maestros de la Torá.

La Identidad y Crecimiento de Jesús
El nombre de Jesús requería estar cerca de la Casa de Dios y de la gente. Así es como vemos que Él crecía en sabiduría, estatura y en favor de Dios y de la gente. Fue tan bien formado por sus padres que, cuando llegó su momento, estaba listo para exponerse al mundo. Tras su bautismo, Dios, su Padre Celestial, declaró:
“Tú eres mi hijo amado, en quien tengo gran complacencia”
(Lucas 3:21-22).
Y el trabajo arduo y significativo del valor de ese nombre, lo realizaron Jose y Maria, días tras días mientras Jesus era un niño. A Dios le tocó poner el sello final de certificación: “esta listo para un buen impacto social y legado eterno.”
El Nombre y su Significado
Entonces, al asignar un nombre, no puede tomarse como un accidente o por moda. El nombre representa lo que esa persona o cosa será para la sociedad, y por lo tanto, es mucho más que un simple título.
Algo fascinante del hebreo es que su alefato cuenta con solo 22 consonantes, cada una tiene un valor numérico y significado. De hecho, las palabras formadas por estas consonantes tienen una raíz que les otorga origen y propósito.
En nuestro estudio de construcción de marca, WordImage, contamos con nuestro Director Terapéutico Creativo de momentos especiales: nuestro clumberdoodle. Sí, es un perro. En español, la palabra “perro” no tiene un significado profundo como en el hebreo. En hebreo, “perro” se dice “kelev”, que significa “como cercano al corazón”, “como el corazón” o “puro corazón.”

Este significado nos ayuda a entender por qué los perros tienen ese anhelo innato de estar cerca del corazón de sus dueños. Hoy en día, las redes sociales están llenas de videos que capturan la impresionante emoción de los perros al reencontrarse con sus dueños después de días, meses o incluso años. Cuanto más tiempo pasa, más intensa es su reacción, llegando incluso a desmayarse de pura emoción.
¿No crees que este significado en hebreo refleja perfectamente lo que realmente representan los perros?
Creo que sí. Los perros son un recordatorio viviente de lo que significa lealtad, amor incondicional y el anhelo genuino de estar cerca del corazón de quienes aman.
La Seriedad de los Nombres
Es importante considerar los nombres con seriedad, especialmente cuando se trata de seres humanos, como lo son los hijos. He aprendido que los nombres son mucho más que un simple título. En hebreo, la palabra alma es נֶפֶשׁ (néfesh), que significa “ser viviente”. Esta palabra está asociada con la garganta, el cuello y la laringe, ya que, en el pensamiento hebreo, el aliento vital de una persona está ligado a esa área. Si se le impide respirar, se le priva de la vida, de su “néfesh.”
Por otro lado, la palabra nombre en hebreo, שֵׁם (shem), lleva consigo un significado profundo que va más allá de la simple identificación. Shem representa “la esencia”, “la naturaleza”, “el carácter” y hasta “la memoria” de una persona. En la cultura hebrea, el nombre honra a la persona en su totalidad: su crianza, su educación, sus valores, y lo que está destinado a ser.
“Es importante considerar los nombres con seriedad, especialmente cuando se trata de seres humanos, como lo son los hijos.”
- Jorge Esteban - Founder of WORDIMAGE
Lo fascinante es que en el hebreo, estas dos palabras, néfesh (alma) y shem (nombre), aunque diferentes en su significado directo, están profundamente conectadas. El nombre no es solo un título; es una manifestación de lo que hay en el alma, de la esencia de quien somos. Así, el alma y el nombre reflejan una unidad, una armonía entre lo que somos por dentro y lo que el mundo ve y conoce de nosotros.

La Creación del Nombre y la Identidad
Otra reflexión interesante es que cuando leemos “Dios creó”, no significa que Él hizo una labor manual o mecánica, sino que simplemente habló las palabras que describían el objeto, lo que hizo que ese “algo” comenzara a existir. Por ejemplo, Él dijo “que haya luz” y hubo luz. La misma palabra que dio nombre a las cosas también construyó la estructura de esas cosas.
Por cierto, hasta que Abram comprendió quién era el único Dios, su nombre fue cambiado. Dios se encargó de educarlo e instruirlo conforme a su nuevo nombre y lo que sería a partir de ese cambio. En Génesis 17:5 vemos ese cambio:
“Tu nombre no será más Abram, sino que desde ahora serás llamado Abraham, porque te haré padre de multitud de naciones.”
Aquí, la nueva identidad requirió un cambio de nombre.
Es cierto que los padres no son Dios, en el sentido de decir algo y que, por arte de magia, exista; sin embargo, son responsables de todo lo que sale de sus labios (alma), pues sus palabras son esenciales para la construcción de una vida sana, buena y fuerte en aquellos que llegan al mundo. Ojalá que el nombre que elijan, asociado a la esencia de lo que serán, los inspire a reflexionar y a invertir sabiamente en la vida de sus hijos.
Sugerencias a Considerar
Para reflexionar sobre el impacto que un nombre puede tener, tanto en las marcas como en la vida de los hijos, aquí te dejo algunas sugerencias que considero clave:
El nombre debe representar el propósito y visión de la persona o marca.
Un nombre no es solo una etiqueta; es la manifestación del propósito y la visión que se quiere transmitir al mundo, y tus hijos serán con su vida el transmisor.
Invertir tiempo y dedicación en el proceso de nombrar es fundamental.
Ya sea para tu hijo o tu marca, elegir un nombre no debe tomarse a la ligera. Un nombre tiene que ser un reflejo de lo que se quiere lograr. Si entiendes esto, estoy seguro que tus hijos harán una mayor diferencia en este mundo.
Un nombre debe estar alineado con el propósito y la razón de ser.
Al igual que las marcas, las personas deben ser formadas conforme a lo que su nombre representa. La educación y el cuidado del nombre son tan importantes como el propio nombre. Van ligados al 100%.
Los padres tienen la responsabilidad de educar a sus hijos conforme al destino reflejado en su nombre.
No solo se trata de asignar un nombre, sino de educar a los hijos de acuerdo con la visión que su nombre trae consigo. Te animo a no desmayar en esto y que no sea un intento sino una determinación.
Si estás construyendo una marca, asegúrate de que el nombre represente lo que quieres lograr en la sociedad.
Un nombre bien elegido puede crear un impacto positivo en la sociedad. El valor de un nombre no solo está en su sonido, sino en su propósito.

Por ultimo, me encantaría ayudarte a construir un nombre para tu servicio, producto o emprendimiento. Y si estás dispuesto a ir más allá, ¿por qué no considerar la construcción de esa marca que puede tener un gran impacto en la sociedad que necesita lo que tú tienes?
Sobre el Autor
George Esteban C., fundador de WordImage, ha dedicado más de 25 años a conectar propósito y visión a través de la estrategia y el diseño de marcas. Con dos maestrías, en Branding y Teología Bíblica, George comparte desde lo más profundo de su corazón su pasión por Dios y por ayudar a construir marcas que inspiran y transforman. Ha servido en roles de liderazgo, impartiendo principios de la Palabra de Dios, y como profesor en Christ for the Nations (EE. UU.). Reside en Keller, Texas, junto a su esposa y su fiel compañero Choco, el “Director Terapéutico” del estudio.
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